Vacaciones con lectura en las Escuelas Abiertas en Verano

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Mientras algunos prefieren las actividades en la pileta y otros improvisan un torneo de vóley o arman una galería de dibujos, hay quienes prefieren zambullirse en historias y cuentos de todo tipo. Bajo la sombra de los árboles o en el patio de la escuela, los libros para niños y adolescentes de 3 a 17 años, pasan de mano en mano, se desordenan y se comparten entre todos.
Se trata de una escena que se repite a diario en las 1.873 sedes donde funciona el Programa Escuelas Abiertas en Verano que todos los años -ya va por 16° edición- pone en marcha la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.
Leer en vacaciones es una de las tantas propuestas del Programa, que tiene por finalidad disfrutar y descansar con aprendizaje incluido.

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Desde la incorporación de las netbooks en las aulas de la Provincia, leer puede ser aún más atractivo para un período de descanso merecido.
“Lo que hacemos en vacaciones es trabajar de manera coordinada en las Escuelas Abiertas en Verano y a través de diferentes propuestas, ofrecer talleres para fortalecer pedagogía y aprendizajes”, explica Miriam Volosin, coordinadora de Tecnología Educativa para la Región 1 que incluye los distritos de La Plata, Berisso, Ensenada, Punta Indio, Magdalena y Brandsen.
Para Volosin, en vacaciones, la iniciativa “es mucho más dinámica que a lo largo del año en la escuela. Si uno se pregunta cómo hacer para que los chicos se entusiasmen con las lecturas en el verano, nuestra propuesta es articular tecnología y literatura”.
En la carpa armada bajo los árboles, con las netbooks y los libros desparramados sobre la lona, las capacitadoras de Tecnología Educativa presentan el taller preparado para los chicos de tres sedes de Escuelas Abiertas en Verano: las Primarias N° 17 de Villa Elisa, y la N° 34 y 80 de City Bell, todas del partido de La Plata.
El taller dura entre media hora y 40 minutos. Cada chico elije qué cuento quiere leer, hace su recorrido literario y luego, según la edad y según su interés realizan diferentes actividades. “Los más chiquitos lo que hacen generalmente es usar una aplicación para ilustrar las historias. Otros sacan la foto de la tapa del libro y hacen un breve comentario al pie de la foto acerca de qué se trata el cuento que leyeron; y los que son más entusiastas y se desafían un poquito más, lo que hacen es grabar el audio mientras van leyendo y generan un audiolibro”, señala Volosin.
El uso de las netbooks amplía enormemente las posibilidades y la programación es una de ellas. A través de Scratch o Aibo los chicos pueden programar videojuegos y diseñar todos los comandos y órdenes que quieren que ejecuten sus personajes.
Otras son propuestas lúdicas con el uso de GCompris, un software libre que tienen todas las netbooks que están en las escuelas, con diferentes propuestas de lectura, de operaciones matemáticas, resolución de problemas, juegos de estrategias, juegos para dibujar, para cantar o para hacer música, entre otras.
“La verdad es que es muy interesante ver el nivel de concentración durante la propuesta y la cantidad de producciones que se generan”, dice la coordinadora. “Son como para replicarlas durante todo el año”.

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