GGM: Una fábrica en crisis, varios trabajadores siguen si poder cobrar

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La planta textil GGM, que contiene a unos 370 trabajadores, estuvo más de una semana parada por falta de pago. Las consecuencias no afectan sólo a los empleados, sino a todo el pueblo. Cómo sigue la situación
Cuando las cosas andan bien, todo funciona a las mil maravillas en los pagos de Las Flores. Pero cuando las cosas andan mal, la incertidumbre y la preocupación se apoderan de la ciudad.
Si bien el conflicto de la empresa textil GGM siempre haber quedado atrás al final siempre vuelve, y las horas se tornan angustiantes y llevan a recordar los momentos vividos durante los cierres de Gatic y Cattorini, también textiles.

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“Días atrás se pagó un retroactivo de mil pesos a cada uno de los 373 empleados; luego se firmó un convenio en el Ministerio de Trabajo; el lunes se abonan dos quincenas a los quincenales y el mes a los mensuales; y en estos días se está poniendo la planta en forma operativa con total normalidad”, contaba a La Tecla el intendente Ramón Canosa (Cambiemos).
Se puede decir, sin temor al error, que todo Las Flores se mantiene en vilo por el futuro de GGM (tomó el lugar de Gatic), que lleva vario días sin funcionar y adeudaba tres quincenas a sus trabajadores (se pagó algo pero no a todos), que, obviamente, temían por la continuidad de sus fuentes laborales; con un agravante: se trata de una de las manos de obra más calificadas de la Provincia en materia textil.
“A esta situación la viví hace muchos años, durante mi primera incursión en política. En ese entonces se trataba de GATIC, que terminó cerrando. El cimbronazo fue impactante. El problema no es sólo para la familia que vive de la fábrica, sino para todo lo que se mueve alrededor de esa familia”, afirma a La Tecla la edil por el GEN Graciana Goicoechandía.
“En un pueblo de 25 mil habitantes, una fábrica de 370 empleados es una fuente laboral muy importante”, reconoce Canosa, y resalta que “lo que se está haciendo es trabajar con los delegados de los trabajadores y con el empresario para buscar un punto de encuentro con el objetivo de que esto avance, y creo que se está logrando”.
Un pueblo, una empresa en crisis. Pero no se trata de cualquier pueblo, ni de cualquier empresa. Las Flores es la industria textil. Sin ir más lejos, según los datos del Censo Nacional Económico, en 1994 las industrias textiles de la ciudad ocupaban a casi el 87% de la población de todo el partido.
Las principales empresas que lideraban el rubro textil en la zona eran Cattorini, especializada en camisería, y Gatic, dedicada a la confección de indumentaria deportiva.
La caída de estas firmas, a fines de la década del 90 y a principios de 2000, dio origen a entramados asociativos conformados por pequeños talleres especializados; la mayoría de ellos, organizados en cooperativas. También llegó la mencionada GGM, que absorbió a un buen número de los trabajadores de Gatic.
“Después de Gatic, que dos años más tarde finalmente entró en quiebra, la fábrica estuvo un buen tiempo cerrada, y cuando llegó el intendente Gelené (FpV) se pudo volver a abrir, bajo el nombre de GGM, de la mano del empresario, ex Alpargatas, Guillermo Gotelli; pero nunca funcionó como corresponde”, destaca la edil Progresista.
“Con el intendente a la cabeza estamos en permanente contacto con las autoridades de la Provincia para destrabar este conflicto que viene desde hace muchos años”, señala el secretario de Desarrollo y Educación de la Comuna, Federico Alejandro, y añade que “lo que más preocupa es la situación de los trabajadores”.
El problema no es de ahora. Lo reconocen tanto oficialistas como opositores al gobierno. Por eso, a pesar del acuerdo, nada es seguro de cara a lo que viene. La plata ingresa al bolsillo de los empleados, llega la calma y la sociedad empieza a moverse con normalidad. Pero se trata de una normalidad con pinzas, de una normalidad que mañana puede volver a descomponerse.
¿Y qué se hace al respecto? Por el momento, no mucho. El jefe comunal confía en que la nueva administración provincial será más estricta. “Va a haber muchos más controles de parte del Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Producción. Se va a tratar de proteger al trabajador e impulsar al empresario para que ten-ga el dinero suficiente para pagarles a los empleados”, sostiene Canosa.
Más allá de la esperanza y las declaraciones, el nudo en el estómago está, y las palabras “quiebra” e “intervención” empiezan a sonar con fuerza en la comunidad toda. Por eso, desde el Concejo Deliberante, su presidente, José Garrido (Cambiemos), puso paños fríos al asunto. “El Estado no puede tomar intervención porque no hay pedido de quiebra. Hoy por hoy es una empresa atrasada históricamente con los sueldos; y el Estado puede tocar puertas, ayudar, pero todavía no puede intervenir”, aclara el edil oficialista.
FUENTE: LATECLA

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