“El uso de desfibriladores tanto en lugares públicos como en lugares privados pueden salvar vidas” dijo la concejal Graciana Goicoechandia argumentando su proyecto en sesión que adhiere a un proyecto de ley que estipula como obligatorio la instalación, en los espacios públicos o privados de la Provincia de Buenos Aires, de Desfibriladores Externos Automáticos (DEA).
Las enfermedades cardiovasculares constituyen unas de las primeras causa de muerte en el mundo. Más de la mitad de ellas son por muerte súbita cardíaca, entendida esta como el fallecimiento natural, totalmente inesperado y muy rápido, antes de que la víctima reciba atención hospitalaria y en personas que no han tenido síntomas previos de enfermedad cardíaca.
En nuestro país, según datos de la Fundación Cardiológica Argentina, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte prevenible que deja un saldo de alrededor de 100.000 muertes anuales.
Según lo explicado por la concejal, citando a médicos “los primeros minutos tras un paro cardiorrespiratorio, son vitales ya que por cada uno que la víctima pasa sin recibir la atención adecuada a través de las maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) y de la desfibrilación automática externa, se pierde el 10% de posibilidades de que sobreviva. En cambio, si se aplica RCP y desfibrilación dentro de los primeros tres minutos, las posibilidades de arribar con vida a un hospital se acercan al 60%.”.
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